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martes, 18 de mayo de 2010

Cap.10. Vanidad.

Invitar a Dylan a comer con nosotros no fue una buena idea a la vez y a la vez no.

Resulto ser una persona realmente encantadora, y aunque no quisiera me hacia reír y seguía leyendo el pensamiento, eso me estaba poniendo nerviosa....

-Disculpenme- dijo Romeo cuando se levanto y se fue al baño.

Trate de desviar la mirada o entretenerme en algo, cuando me atreví a mirarlo descubrí que me observaba.

-¿Qué?- le pregunte.

-Nada- contesto.

-Dime como lo haces- le demande.

Puso cara de inocente.

-¿De que hablas?- dijo con el sonido de voz que a cualquiera le partiría el corazón.

-Leerme el pensamiento ¿Cómo lo haces?- le volví a preguntar.

-No es nada de difícil, eres la persona más sincera que e conocido- me contesto.

-¿Qué?-

-Si, tu rostro y tus ojos lo dicen por tu, e tenido que ser un buen lector de gestos que hasta puedo oírte, se que al principio pensaste que era un idiota- me explico tomando un poco de soda y después me sonrió.

-No lo pensé con esas palabras, pero no te preocupes lo sigo pensando- lo imité al tomar un sorbo de soda y después le sonreí con indulgencia.

-¿Enserio?- pregunto extrañado.

-Si- trate de mantenerme firme.

-No lo piensas completamente- dijo convencido.

- Deja de hacer eso- casi el grite irritada- no me gusta.

Él se burló de nuevo.

-No es mi culpa, deja de ser tan clara y ya veremos- dijo antes de pararse.

-¿Te vas?- le pregunte.

-Te irrito, es mucho por hoy de mi parte, nos vemos mañana- dijo antes de guñarme el ojo y marcharse.

En este momento odiaba a la familia D´luna, ¿Porque tenía que ser Dylan un D´luna?, saque la lengua en la dirección por la cual se fue Dylan y por la cual se aproximaba Romeo.

-¿A donde fue Dylan?- pregunto antes de tomar asiento.

-No se creo que se a aburrido conmigo- aburrido era lo contrarió a loq ue hizo ese chico conmigo.

-¿Contigo? no creo- dijo meneando la cabeza.

-¿De que parte es Dylan tu primo?- pregunte para que no siguiera interrogandome.

-Su padre era hermano del mío, solo que Robert se a venido a aquí a poner una empresa asociada con la de mi padre, Dylan nació en Venecia, pero no duro ahí ni su primer año de vida- me explico.

-A mi me hubiera gustado crecer en un lugar como Venecia- murmure para mi misma.

Me imagine creciendo como una italiana, sin que Brad se hubiera cruzado en mi camino, solo conociendo a Romeo, pero luego desterre esa idea de inmediato, si hubiera nacido en Italia no hubiera conocido jamás a mis padres, a Norma, no hubiera vivido momentos inolvidables....

Romeo solo me sonrió.

Odiaba eso, porque me quedaba con  boba mirandolo por unos segundos mientras que mi razonamiento trataba de vencer a la niebla de mi conciencia.

-¿Te ha caído bien Dylan?- me pregunto dejando a mi razonamiento libre de salir, lo cual le agradecí.

¿Pero que le diría? ¿La verdad? ¿Como me caía realmente su primo?.

-Es muy interesante- fue lo único que me atrevía a decir.

él se rió de mi.

-Es como un hermano para mi-

-Se nota que se llevan bien-

-Si-

Nos quedamos en silencio por un momento, cuando me llego a la mente lo que me había dicho Dylan.

-¿Crees que soy muy fácil de leer?, ¿Me refiero a que tu sabes, a que pues, si es fácil saber lo que pienso?- me sentí una tonta preguntando eso.

Hizo una mueca y me observo.

-En ocasiones-

Torcí la boca en una mueca no muy satisfecha.

-¿Quieres ir a el cine esta noche?- pregunto Romeo.

-¿Cine?-

-Si, hoy ahí una comedia romantica, eso creo, podemos ver otra cosas si quieres- se apresuro a decir.

-Esta bien- le conteste, no sonaba nada mal.

-Tengo que hacer unas llamadas y unas cuantas cosas, nos vemos luego- dijo cuando se levanto y se marcho.

Me quede sola en la mesa del restaurante, observe a mi alrededor y vi que muchas chicas tenían la mirada fija en la espalda de Romeo, después se volvían a verme a mi y a murmurar.

Eso me molesto, no que murmuraran de mi, sino que lo vieran de esa forma, vi como una chica de pelo ondulado, largo y rojizo lo miraba con sus cafeces con curiosidad e interes, como un león a su presa, estudiando cada uno de sus movimientos.

-Son los primos D´luna- oí a alguien susurrar.

No me moví para poder oír.

- Son tan guapos- le contesto otra.

-Si, a mi me encanta Romeo-

-Su primo no esta mal-

-¿Quien sera esa?-

Me irrito en la forma en la que lo decían, como si yo no fuera digna de la compañía de los D´luna.

-No creo que sea algo muy importante, ¿Ya te has fijado?, nada que ver con Alina Maquiel, ¿La has oído cantar?, además es preciosa, bueno no tanto como yo- ash, esa chica en realidad me irritaba.

¿Y que si yo no soy italiana?, ¿Ni hermosa? ¿O famosa?, simplemente soy yo.
Apreté los dientes con rabia y me levante sin mirar quienes eran, me puse los lentes de sol y trate de salir con la mayor dignidad posible.

Las lágrimas de rabia y verguenza salieron cuando me encontraba corriendo a mi habitación, abrí rápidamente y me lance a la cama donde llore un poco.

¿Quienes se creían esas chicas para hablar de mi?.

Esa misma pregunta fue la que me lleno de valor, yo era una chica linda, no expectacular, como aquellas que salen en las revistas y ese tipo de cosas, pero si bonita de una forma en la que ellas no entenderían.

Me seque  las lágrimas de las mejillas, fui al ropero y busque en una pequeña bolsa de Gucci.

Mire el bello traje de baño que me había comprado, era de un color verde esmeralda, con una marcada V en el busto y descubierto de atrás.

Me miré al espejo cuando me lo puse y me sentí la mujer más bella, levante la barbilla y me mire a los ojos.

Salí dispuesta a ir a la alberca, donde todos se divertían y tomaban el sol, encontré un buen catre y me senté, mire a todos lados y me encontre con los ojos negros de Dylan mirandome al otro lado de la piscina, hablaba con dos chicas pero era obvio que no les prestaba atención.

él se disculpo sin esperar a que ellas le respondieran y vino a mi.

Yo sonreí abiertamente ante mirada fulminante de las dos chicas que lo observaron venir a mi.





Espero que les agrade, comenten para saber que les aprecio.