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lunes, 25 de octubre de 2010

Cap.49

El doctor lo revisaba mientras que yo me consumia de la angustia.


-ÉL estara bien, solo debe de hacer las cosas más lentamente por esta semana, alguna incomodidad o problema llamenme- luego me miro a mi.

-¿Como se ha sientido?¿Piensa que estara bien quedandose?- me mordí el labio, yo no quería preocupar a Romeo.

-'¿De que esta hablando el doctor Sol?- pregunto,

Yo mire a todos allí presentes que me miraban con preocupación y compasión.

-Verasm yo, bueno, estem, mi embarazo es de alto riesgo y el doctor me recomendo alejarme del ambiente en que vivía para ver si el feto reaccionaba y empezaba  a crecer de nuevo- las palabras se atropellaban unas con otras que apenas me pude entender yo, pero Romeo abrió los ojos muy grandes y después miro al doctor.

-Pero ellos estan bien ¿Verdad?, ¿Hay algo que yo pueda hacer?- pregunto realmente alterado.

El anciano doctor le sonrió y después a mi.

-Con solo haber despertado hiso mucho mi querido joven- le dio unas palmaditas en el brazo y se despidio de todos.

-¿Romeo?- pregunto Louse- '¿Te parece si salgo a hacer una declaración publica? los reporteros estan a punto de saltarse la barda- dijo mirando a la puerta.

-No te preocupes, haslo si quieres- le dedico una enorme sonrisa.

Louse beso tienramente a Terry en la frente y salió para enfrentar al mar de camaras y preguntas.

-Me gustaría presentarte a mi hijo- le dijo animada Norma rompiendo el silencio de la habitación.

-Claro-

Ella se dirigió a la puerta y le hablo, el pequeño niño apareció, con sus ojos negros enormes.

-Ven acá pequeño- le animo Romeo- Tu debes de ser Jaime.

El niño le sonrió.

-Y tu debes ser Tio Romeo- dijo el niño poniendose enfrente de él.

-Claro, tu Tío Romeo-

Yo me reí cuando el puso al niño junto a él en la cama y empezo a jugar con él.

Me empecé a sentir mareada y un poco confusa, me llevé la mano instintuvamente al vientre, Romeo me miro en ese momento.

-¿Que pasa Sol?- dijo preocupado.

-Nada- dije sofocada.

-Se que te pasa algo- hizo ademan de levantarse, aparto a Jaime a un lado y se levanto.

Era la primera vez que se levantaba en meses.

-Cuidado- dije yo.

-Estoy bien, además necesito ejercitarme, ¿Estas bien? Estas muy palida ¿Ocupas un doctor?, ¿Llamo a la ambulancia?- movia sus manos nerviosamente a mi alrededor mirandome con sus ojos verdes asustados- ¡Por el amor de Dios! ¡Dime que tengo que hacer!- grito exasperado.

-Tranquilizate Romeo- le puse mi mano en la mejilla-Estoy bien.

Tomó mi mano y la besó.

-No quiero que te pase nada, no estoy dispuesto a perderte otra vez- murmuro.

-Estaré bien- dije- Ahora ire a la cocina a cocinarte un rico desayuno- entrelazo los dedos en los mios y caminamos a la cocina.

Lo primero que hice fueron jugos de naranja recien exprimida, eso me ayudo a que el mareo se pasara un poco, le serví uno a él y empecé a hacer un rico omelet de huevo.

Solo podía sentir su mirada clavada en mi espalda.

-¿Sabes?- empezo a  decir- No tenía idea de que alguien aun en coma pueda tener el espiritu inquieto-

-¿A que te refieres?- pregunte consentrada en mi omelet.

-Estar en como no significa que estes muerto, yo me sentía atrapado en mi propia mente, todo era negro y no podía sentir nada más que no fuera panico, al principio pense que estaba muerto, pero esperaba verte atí extendiendo tus brazos, el unico cielo que anhelaba, pero no, todo era obscuro y supe que no estaba en el cielo, sino en el infierno- mi corazón cada vez se encogía más al escucharlo- Pero sabía que tenía que despertar.

-Gracias a Dios lo hiciste- saqué el huevo de la sarten y lo puse en un plato de porcelana.

-Gracias- me acaricio la mano, yo me senté y lo vi comer.

-Te extrañe- dijo cuando termino de comer- Sentía que lo unico que quería era no haber nacido, era el dolor más grande que había sentido.

-Romeo- dije yo, pero él tenía que desahogarse.

-Estabas allí, pálida, indefensa como un siervo en las garras de un leon, yo lo unico que pensaba era en que estuvieras bien y cuando el doctor salio y dijo que habías muerto, solo busque la salida facil- me miro a los ojos y me tomo de las manos- Pero ahora estas bien y yo igual, tendremos muchos hijos y la mas grande de las bodas.

-Si mi amor- le besé la nariz y él me dio su sonrisa.

-¿Pero qeu le pasó a Brad?- pregunto.

-En realidad no lo sé- dije yo.

-Él esta en la carcel de Virginia- dijo Dylan entrando en la cocina- Necesito que sepas algo- dijo mirando con gravedad a Romeo.

-Dilo entonces- le respondió él.

Yo lo miré un poco asustada, recordando lo que había en el diario de mi prometido.

-Tu sangre no fue facil de conseguir y el donante quería qeu su nombre no se conociera hasta que tu despertaras- Dylan me miraba con atención estudiando mis gestos los cuales yo mantenía inescructables.

-Yo se quien es- dijo él.

-Lo sé, pero Sol no-

-Entonces expliquenme- no me gustaba enterarme de las cosas a ultimo momento.

-Los gemelos poseen una buena cantidad de sangre compatiblee entre sus organismos, así la sangre es mas facil de aceptar si viene de uno de ellos- me explico.

-Así que Brad dono parte de la suya para salvarme- puntualizo Romeo.

Yo me quedé pasmada allí, y un poco molesta, demasiado para decir verdad.

Yo no quería que Romeo tuviera algo de ese desgenerado en su interior.

-Se lo que piensas Sol- Romeo me acarició el brazo- Pero si lo piensas es lo mismo.

Eso era cierto, Roemo y Brad eran hermanos gemelos, no podían compartir mas genes, su misma sangre corría por sus venas.

Me reí como una loca.

-¿Que pasa?- preguntaron los dos extrañados.

-Parecería que tu y Brad se dividieron en la maldad y el bien, tu el bien y él el mal.

Romeo me sonrió pero en sus ojos había una nota de tristeza.

-Dylan, ¿Nos dejarías solos un momento?- pregunté yo.

Él asintió y salió de la cocina.

-Cuentamelo- dije yo.

-Brad es mi hermano, el unico hermano que tuve, aunque él no quisiera reconocerlo, y aunque me haya hecho lo peor para herirme, yo lo quiero- pusé mi mano en su mejilla.

-Tienes el corazón más noble que conosco- dije yo y me incliné para besarlo.

Me sentía en las nuves y suspiré profundamente en sus labios de petalo de rosa, tan suaves, me beso tan tiernamente que los ojos se me llenaron de lágrimas.

No quería que me dejara de besar nunca, quería ser eterna junto con él y poder quedarnos así por horas.

-Pero posiblemente tenga más hermanos- dijo cuando nos separamos.

-Posiblemente- fruncí el ceño.

Nos quedamos en silencio.

-¿Mi amor?-

-Si, Mi amor- respondí.

-Voy a buscar a mi verdadera madre- su desición estaba tomada.


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Bueno, eso no estaba en mi plan, bueno en realidad la historia ya debía haberce acabado.

Pero ahora no tengo planes de ahcerlo así que disfrutenla!!!

Los quiero un montón.