-Supongo que no estará tan mal, la verdad es porque así fue lo que quisieron mis padres y así lo hacemos, juntamos el dinero para obras de caridad y será muy divertido- me dijo Terry mientras ivamos en su carro a la universidad.
-Iré si eso es lo que te preocupa, se lo prometí a Romeo- dije suspirando.
-Conoseras a la crema y nata de Italia, mis padres tenían muchas amistades, y todos vendrán, solo que no todas son bienvenidas- dijo frunciendo el ceño.
-¿A que te refieres?- le pregunte confundida.
-Alina es una de las invitadas, siempre desde que era niña fue amiga de la familia, bueno sus padres lo son, así que tiene que asistir a la fiesta- me informo.
Alina, la arpía Chanel, me tensé de inmediato, no la quería cerca de Romeo ni 100 kilometros a la redonda, no era por tener celos, solo que ella me daba mala espina.
-Esta bien, no importa mucho, Romeo te ama de verdad, estoy segura de ello- dijo Teresa para calmarme.
Eso era cierto, Romeo era mio....
-¿Sabes que? Olvidalo, no importa- le dije llevandome las manos a las sienes.
Para eso ya estábamos aparcando en el campus de la universidad, ella se iría a su escritorio y yo a mi clase de Lengua.
En el almuerzo nos reunimos con Romeo y Dylan en una de las terrazas de la cafetería, hablamos de todo, hasta que todos se callaron y miraron sobre mi hombro.
Las miradas de desagrado de Dylan y Louse me descorcentaron, pero aun más la mirada de Romeo, que tenía irritación, furia, pero también esperanza y cariño....
Me volví para ver quien estaba parado de mi y vi a Brad a menos de un metro.
-Hola chicos- saludo.
-Hola- respundieron con voz monótona los demás.
Me miro a los ojos por un instante y después miro a mis acompañantes que trataban de ignorarlo, y cono ojos inexpresivos se marcho..
Las siguientes cuatro horas fueron lentas, pero pasaron, tenía la cabeza llena de pensamientos y necesitaba aclararlos, por lo cual le dije a Romeo y a Teresa que hoy quería caminar a casa, ellos accedieron y me dejaron irme..
Estaba mirando distraída las copas de los árboles de las avenidas, llevaba puestos unos jeans color claro y una chamarra blanca con una blusa azul ligera debajo, el día era perfecto, el sol brillaba arriba y el cielo era azul celeste...
-Hey tu- me gritaron por detrás.
Volví la vista para ver quien era, pero cunado vi no estaba nadie, me encogí de hombros y volví a mi camino, pero con un sobresalto un hombre estaba delante de mi con una pistola apuntandome.
No sabía si gritar o hacer algo, luchar no era una opción, la calle estaba vacía (pues era privada), y él me miraba con sus ojos negros que me hacían temblar.
-Dame todo lo que tienes- me dio la orden y yo de inmediato obedecí.
Saque todo de la bolsa, le di la billetera con las tarjetas de credito mías y algunas de Romeo, los 500 euros que llevaba y el reloj de oro que llevaba en la muñeca, regalo de mis padres.
-Eres muy linda- dijo cuando metió todo en una bolsa y me tomo por la barbilla.
Su contacto me quemo la piel y me hizo estremecer de miedo, abrí los ojos y él sonrió de satisfacción ante mi temor.
- Alejate- casi gruñí pero mi voz fue ronca y poco audible.
Se carcajeo y ahora me dejo ver su cara ahora que echo atrás la cabeza.
Trate de memorizar su rostro para poder darle parte a la policía, él se dio cuenta de su error y me miro friamente.
Y apreto el gatillo de la pistola.
Al principio solo fui capaz de reconocer el sonido de la pistola, estaba tan aturdida que el dolor me llego después, me traspaso y ardió, lleve mi mano hasta mi vientre y sentí un líquido en ella, la levante y vi la sangre manchar mi mano y mi blusa.
Solo pude soltar un jadeo, solo podía sentir dolor y mi conciencia irse con mi sangre.
Caí de rodillas y la vista se me nublo, ya no pensaba con claridad, solo podía ver un rostro, Romeo.....
Tienes que luchar, Sol- me dije a mi misma.
Ya no quiero sufrir, además estoy tan cansada- proteste.
¿Y que pasara con tus padres? eres su única hija, ¿Y Norma y su bebe? ¿Y Romeo, el amor de tu vida?- me dije molesta.
Estoy cansada- volví a repetir.
-NO!- escuche que gritaban bajo una manta.
Estaba completamente obscuro y no podía abrir mis ojos, mi cuerpo pesaba demasiado y no podía hacer nada, se escuchaba como si estuviera en una caja de cristal, todo tan lejano....
-No, No, Sol, Dios Mio- estaba desesperada por contestarle a esa voz, pero no podía encontrarme en mi propio cuerpo....
Romeo estaba sollozando, y de repente sentí que flotaba...
-Sol, resiste, ya viene la ambulancia-me grito.
Logre encontrar mi corazón, y me concentre en sus latidos con la poca conciencia que me quedaba, cada vez se estaban haciendo lentos y vaacilantes....
-Sol, No, Sol- las lagrimas de Romeo caian sobre mis ojos, pero vagamente los sentía, yo ya estaba harta de luchar, estaba muy cansada.
Romeo, Te amo- pensé y mi conciencia se fue con el ultimo latido de mi corazón......
Haaaaa, que mala soy, no me quieran matar por favor, se me salio una lágrima cuando lo estaba escribiendolo.
Gracias por comentar.
Las quiero mucho.
Bye.
