Mamá lloraba al igual que Rosebelle, Josefina tenía el rostro tan sereno que no se notaba ninguna emoción, Diana, tenía esa nostalgia especial en sus ojos que me hacía derretir y mi padre, parecía que estaba orgulloso de nosotros.
Las dos maletas que llevabamos ya estaban en el deportivo rojo, y el motor ya estaba en marcha.
Miré aquella conmovedora escena, papá sujetaba a mamá por la cintura y mis hermanas estaban ordenadas por edad, afuera de la legendaria casa Blanca.
-Los vamos a extrañar mucho- dijo mi padre poniendo una mano sobre el hombro de cada uno.
Lo miré con aprecio y respeto.
-Gracias por apoyarnos en esta locura- respondí, realmente agradecido.
-No es una locura, necesitan salir de aquí, ya tine 21 años, no podemos seguir contralando su vida, si su felicidad no esta completa aquí, tienen que buscarla en otro lugar-
Alessandro y yo le soreímos, era un padre maravilloso.
Mamá rompió en llanto, ahora nos dirigimos a ella.
No pude evitarlo, la abracé y acaricie su pelo.
-Mamá deja de llorar- la solté lentamente, pero ella se aferro a mi camiseta.
-Esta bien, esta bien- dijo aclarandose la garganta y mirandome llena de amor- Los extrañaré, los amo- me acarició la mejilla, al igual que a Alex y él la abrazo, yo seguí hasta Josefina.
-¿Qué hay?- me dijo realmente fuera de este lugar.
Le sonreí, su falta de interes era solo una fachada.
-Te voy a extrañar- le dije.
Ella me miró, era como si no se esperaba eso.
-¿De verdad?- pregunto.
Yo asentí y la abracé, las quiería a todas por igual, después la besé en la coronilla y seguí con Diana.
-¿Y ahora quien me encontrara cuando me pierda en mi casa?- pregunto ella, con los ojos llorosos- ¿Y me recomendará nuevos libros? ¿y me acompañara a leerle a los abuelos en la asilo?-
También la abracé.
-Te las apañaras sola, soo cuidate mucho, eres una chica lista y dulce-
La solté y ahora me dirigí a mi llorosa hermana menor.
-No se vayan, yo....- Y me abrazó soltando un mar de lágrimas.
-Ya, no llores, nos vemos en navidad-
Eso la hizo llorar más.
-Pero si faltan meses para navidad- se quejo.
-Te mandaremos una pastal- le dijo Alex.
-Esta bien, quiero que se lleven esto- me soltó y saco algo de una bolsa, era una pequeña reproducción de la pintura que nos había hecho a Alex y a mi.
-Es hermoso, ¿Cómo las hiciste?- pregunte.
-Es mi secreto, y ahora vete antes de que haga una escena para que te quedes-
Su comentario no hizo reír a todos, la besé como a todas y nos apartamos de nuestra familia, entrando en el auto.
-¿Listo hermano?- pregunto Alessandro, el cual se había sentado en el asiento del piloto.
No me importo, puso el motor en marcha, el cielo era de color azul, completamente sin ninguna nuve que obstruyera el paso del sol, sentía una especie de libertad, esa como si tuviera el mundo en mis manos y pudiera hacer con el que yo quisiera.
-Listo- respondí sonriendo.
Nos despedimos de nuestra familia y el auto empezo a moverse alejandose de la casa D´luna, de nuestra familia...
Pero la sensación de libertad crecía y crecia cada vez más, mientras entrabamos a la ciudad, mientras más me alejaba, porque sabía que no tenía el mundo en mis manos, pero si mi vida, era hora de tomar mi propio rumbo, de buscar mi propio camino, de experimentar cosas nuevas..
Encendí el reproductor de musica del auto, los Black eyes peace tenían las mejores canciones festivas, y I gotta a feeling me quedaba como anillo al dedo.
-¿Hueles eso?- pregunto Alessandro, la carretera se hacía más amplia mientars que las campiñas de la Toscana se expandían dejando atrás Florencia.
-¿Que apestas?-
-Claro que no, estúpido, La libertad-
Me sonrió por el espejo retrovisor.
-En absoluto hermano, Italia es nuestra-
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Oh yeah baby :D
A quien lo le gustaría irse de viaje, en un deportivo con su mejor amigo?
En este caso con tu hermano gemelo :D
Se que me estoy tardando, pero entiendanme :D
Por favor, comenten sip :S me hacen falta sus comentarios, para inspirarme :)
Las adoro
gracias por leer.