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domingo, 20 de junio de 2010
Cap.22. Estoy aquí por ti.
Relata Romeo.
Ella quería irse a la casa sola, lo cual fue raro pero no le vi ninguna objeción a eso.
¡Que equivocado estaba!
Ahora la tenía en mis brazos, sangrando y perdiendo su vida a cada gota, su corazón ya no tenía fuerzas...
Tenía que parar la hemorragia de alguna forma, así que me quite la camiseta y la rasgue a la mitad, la levante un poco y por la herida la anude.
-Sol, Dios Mio, No me dejes, no me puedes dejar, acabamos de empezar nuestra vida juntos, Sol- le grite desesperado.
Ese día había decidido ir de compras, le compraría a Sol un vestido para el baile, el vestido que le había pedido a el mismisimo Armando Ferreti que lo diseñara para ella, único en su clase y nunca visto.
El vestido le iba a quedar precioso, era de un color blanco cremoso, con brillantes en los costados y sin mangas, hasta el suelo, hecho a la medida.
Me moría de ganas de mostrarselo y de que llegara el día de baile, para dar a conocer nuestra relación abiertamente.
Estaba regresando a casa con al caja del vestido a el lado del asiento, con una sonrisa en los labios, pensando en la única persona que me hacía sentir vivo.
Sol se merecía lo mejor, pues nunca me había sentido así con una persona, con nadie, la sensación que me causaba estar a su lado era liberadora, cálida, dulce, algo melancolica, alegría, felicidad....
Y ahora sentía que todo eso se me iba de las manos, al verla perder su vida.
-Sol, resiste, la ambulancia ya esta llegando, Sol, mio amore, por favor- las lágrimas caían de mis ojos, y me odiaba cada vez más, yo podía ver, sentir y ella, estaba ahí pálida y casi sin vida.
-Signore, abbiamo bisogno di spazio, si prega di tornare indietro, abbiamo qui un infortunio, veloce- grito un joven paramedico al salir corriendo de la ambulancia.
Me quite del lado de Sol y vi como la levantaban y la subía a la camilla, la revisaron y me miraron angustiados.
En la ambulancia la conectaron a un aparato que contaba sus latido que eran demasiado bajos para ser normal, yo acompase mi respiración a el ruido de su corazón...
Sin pensarlo su corazón dejo de latir, la maquina marco una linea y mi respiración se corto.
-Veloce, veloce- grito el paramedico a otra.
Yo los mire asustado mientras que ellos se movían sobre el cuerpo de mi novia.
-1,2,3,4, ORA- dijo y le dieron electroshocks.
Yo sentía que me moría al ver su fragil cuerpo siendo atacado por esas corrientes, como se sacudía y su corazón dio un respingo.
QUería ser yo al que le estuviera pasando eso, al que acaran con un arma, no ella, no ella.
Encontraría a ese bastardo y le haría pagar por esto..
Le dieron otra descarga y su corazón volvió a latir.
-Grazie a Dio- murmure realmente agradecido.
No tardamos mucho en llegar a hospital, pero a mi me pareció toda una eternidad.
Me baje de un salto y corrí tras ella tomandole la mano....
-Si prega di attendere fuori- me dijeron cuando la metieron a una sala.
Me quede helado ahí, no podía quedarme sin ella, yo no podía vivir sin ella.....
Relatado por Sol.
Ya no sentía nada, seguramente ya tenía que estar muerta...
¿Qué? Yo no podía estar muerta, no....
La luz me ilumino, era tan bella, me hacía sentir feliz, un paz tan grande, comparada como cuando estaba con Romeo..
Romeo, ya no vería a mi Romeo, si la paz me había inundado el corazón, ahora era la desolación la que estaba ahí...
Sol, Lucha, Sol- me grite.
Pero ya no estaba mi corazón, ya no podía hacerlo latir de nuevo....
Un corriente me traspaso y me hizo reaccionar, pero no fue suficiente, otra corriente aun más fuerte y mi corazón volvió con sus latidos pausados y vacilantes.
Por lo menos ahora estaba viva.....
Pero no podía abrir los ojos, no podía moverme, seguía petrificada...
Quiero dormir- dije y caí de nuevo en la inconciencia.
Tip, Tip, Tip...
Tip, Tip, Tip...
Ese ruido era un fastidio, lo llevaba escuchando unas cuantas horas.
Unas cuantas horas, Sol, esas son buenas noticias- me dije con entusiasmo.
Si, Estaba viva, viva...
Trate de abrir los ojos, y esta vez si pude, pero vi borroso y me dieron nauseas de inmediato.
Estaba en el hospital y no recordaba por que, me altere de inmediato y mi corazón se disparo de inmediato.
Me empuje con mis manos y trate de sentarme en la cama, pero sentí un dolor horrible y jadie al dejarme caer de nuevo a la cama.
-Señorita Forester, me alegro de tenerla de nuevo con nosotros- dijo una amable voz.
Mire confundida al señor alto de pelo cano que miraba con ojos criticos los aparatos.
-¿Que me paso?- pregunte con voz rasposa.
-Un disparo en el vientre, casi muere, nos saco un buen susto- se volvió a mi y me sonrió.
Un disparo, Dios mio.
-¿Donde esta Romeo?- pregunte alterada y la maquina se volvió loca.
-Tranquila, el Señor D´luna esta afuera, haré que pase de inmediato- dijo y salio.
Me recargue en las almohadas y cerré los ojos tratando de recordar que había pasado y porque estaba aquí.
Tocaron a la puerta y yo abrí lentamente los ojos.
Ahí estaba la razón de mi existir, por lo cual había luchado...
Romeo parecía muchos años mayor, sus ojos cansados y la camisa blanca desabotonada, la barba sin afeitar y se notaba que llevaba días sin dormir.
Le dedique una leve sonrisa y él se aproximo a la cama, sin decir nada, me puso la mano en la mejilla, se inclino u e beso dulcemente.
Era la mejor medicina que alguien me pudo administrar, mi corazón parecía feliz ante su contacto y mi respiración se hizo más acelerada.
-Sol- murmuro con la voz quebrada- yo casi te perdía, Oh, Sol- me destrozaba verlo así, parecía tan vulnerable.
-Estoy aquí, Romeo, estoy aquí por ti- le dije.
Se inclino de nuevo y me beso en la frente con un suspiro de alivio.
(Señor, necesitamos el espacio, por favor retroceda, tenemos una herida aquí, rápido) eso es lo que dice cuando llegan los de la ambulancia.
Bueno, este cap se me hizo de lo más emotivo, estoy llorando, espero que les guste, comenten pliss, los amo amo amo, nye.
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