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sábado, 29 de mayo de 2010

Cap.16. La casa.

No podía creer que ya se había terminado, desembarcamos en en Grecia, de ahí tomaríamos un avión a Italia....

El verano de mi vida se había terminado, pero me dejo mucho conmigo, sano mi corazón, encontré a un buen amigo y un confidente, y lo más importante era que había encontrado a mi alma gemela, la persona que realmente me amaba y yo a él.

-¿Y ahora que harás Dylan?- le pregunte triste, me había vuelto muy amiga de él, lo quería muchisimo.

-¿Crees que me desapareceré por ahí y de desaras de mi tan pronto?- pregunto ofendido- Iré a Italia con ustedes, seguiré tu consejo.

-Eso es genial- le dije sonriendo.

-Apresuremonos- dijo Romeo tomandome de la cintura.

No me cansaba de eso, ni de su compañía ni de su sonrisa, ni de la forma en la que me miraba....

-Vamonos- le conteste sonriendo.

Dylan sonrió y meneo la cabeza.

-¿No tendrás una amiga, una hermana?- pregunto- me estoy empezando a sentir solito.

En ese momento me acorde de mi mejor amiga Norma....

-La verdad si, se llama Norma, es de origen mexicano, es mi mejor amiga, la quiero mucho- le dije sonreindo al recordar el primer día en que ella llego, ella no sabía hablar ingles ni yo español, pero nos hicimos amigas al instante.

-Umm mexicana- murmuro interesado.

-No seas bobo- le dije- si quieres algo con ella debe de ser enserio, ella es muy valiosa- le regañé.

-Primero necesito conocerla- dijo.

Saqué de mi bolsa una foto en la cual estabamos las dos juntas en una pijamada, todas despeinadas, pero aún así se la mostré.

-Es tan bella- murmuro sorprendido.

-Si- le dije sonriendo por mi triunfo....

-No tanto como tu- me murmuro Romeo al oído.

-A cada quien lo suyo- le recordé, recuerdo que siempre pensé que mi amiga era muy bella.

Él se rió y caminamos a un taxi para poder ir al aeropuerto, lamento no poderme quedar mucho en Grecia, pues la ciudad a la que llegamos era realmente bella, una estructura antigua con gente muy cálida, cuando llegamos a nuestro destino Romeo le dio las gracias a el chofer y nos aventuramos a la multitud.

Dylan charlaba conmigo preguntandome sobre Norma, sobre como era, me sentí un poco incómoda, no sabía si debía decirle sobre el niño....

Me sentí muy aliviada de subir al avión, no me sentía con el derecho de revelarle nada a Dylan, y él no tuvo tiempo de preguntarme nada más...

Antes de la media hora me quede dormina, no era mucho de vuelo de Gracia a Italia, así que sentí que no había pasado ni un minuto cuando ya estabamos en el aeropuerto de Florencia.

Todos reconocieron a Romeo y Dylan desde el primer instante en el que pisaron Italia, todos los saludaban y hasta algunas chicas les pedían fotos...

-¿A que se debe todo este espectaculo?-les pregunte.

-No le has dicho- le dijo bajo Dylan a Romeo.

-No, no lo creí necesario- le respondió él en el mismo tono de voz.

-Sigo a su lado- les recordé.

-Bueno, pues ya sabes que soy un D´luna y los D´luna vienen de un linaje de herederos, somo algo así como los Paris Hilton de Europa, soloq ue un poco mejores, nos concideran en una posición que no merescemos, además quieren saber hacerca de que paso con Alina y quien eres tu- me contesto.

Linaje de herederos, ya sabía que eran ricos, pero nunca me imagine cuanto, pero el auto en el cual fueron a recogernos fue un insentivo de cuan ricos eran.

No era un auto, sino dos, un austo martin ultima edición para nosotros y un porche rojo para las maletas,el chofer del auto y del otro se fueron juntos en el porche mientras que Romeo se deslisaba en el asiento del piloto y Dylan me abría la puerta.

La casa D´luna estaba afuera de la cuidad de Florencia, un poco cercas de la universidad, un zona que parecía muy exclusiva por las casa tan bellas que había, yo miraba maravillada por la ventanilla, mirando las casas con sus elegantes jardines.

-Ahí esta- señalo Romeo dando vuelta en una esquina.

Había una reja que rodeaba toda la cuadra, no se podía ver la casa desde afuera, solo los hermosos rosales, los árboles y las violetas, se puso enfrente de la reja principal que era de color dorado y presiono un boton en un alta voz.

-Ciao- saludo una voz femenina.

-Ciao, Belle, soy Romeo- le dijo a la chica que había contestado.

-Romeo, señor, que gusto, ahora mismo se abre- le respondió la chica entusiasmada.

En ese mismo momento la reja se abrió y Romeo acelero y entro en el camino de piedras que llevaba a la cochera, otra prueba de lo rico que era, tenía coches de todos, desde clasicos hasta modernos, todos bien pulidos y limpios, llegué a contar 10.

-¿Y estos autos?- pregunte asombrada.

Dylan soltó una risa y Romeo me miro por el espejo retrovisor.

-Eran de mi padre- me explico.

-Oh- fue lo unico que pude decir.

Los choferes bajaron las maletas y Romeo me ayudo a bajarme.

-Entramos por la puerta de atrás, la que da directamente a la cochera, ven- me tomo del brazo y me encamino a el enorme jardin que lucia como un eden.

Me quedé maravillada, era realmente bello, todo tipo de flores crecían, también árboles de manzanas y naranjas, arbustos de moras, y una enorme fuente rodeada de rosas.

-Es encantador- le dije a Romeo.

-¿Te gusta?-

-Me fascina- le respondí.

La sonrisa que me dedico me dejo sin aliento, era tan feliz que con solo es me bastaba para vivir.

.Esta casa esta a tu disposición, los sirvientes y los autos, todo- me dijo abrazandome.

-Romeo, yo no necesito tanto, puedo encontrar un departamente, un coche no te preocupes puedo tomar el tren, además la universidad no queda lejos...- empece a protestar, no quería que pensara que estaba con él por su dinero.

Puso un dedo en mis labios.

- No importa, aquí ahí mucho espació solo somos mi hermana y yo, ahora Dylan y tu, los autos no importan son suficientes, los sirvientes para eso están- trato de convenserme.

Pero yo solo era conciente de su dedo trazando el contorno de mi labio.

-Romeo, la prensa va a hablar- trate de salirme por la tangente.

-No importa, Sol- me dijo suavemente.

-Romeo- volví a protestar.

Pero me beso en ese momento, yo enganche mis brazos a su cuello y me puse de puntillas para poder besarlo mejor.

Sus besos eran mi debilidad, así que no sabía de tiempo ni espació cuando estaba con él, solo era conciente de sus brazos alrededor de mi y de que me amaba más que nadie..