El horror se acumulaba en mi pecho, no sabía donde estaba, mi mundo se redujo a una habitación obscura con solo una rendija que me indicaba el paso del tiempo, o por lo menos me trataba de convencer de ello, ya se me había pasado la droga, y me habían dejado libre, en esa habitación de color gris hueso, decorado con elegancia y solo la ventana esa, que no eran más de 30 cm x 10, pero para mi era una horranda habitación, una prisión....
No se cuantos días llevaba allí, pero era tan extasperante, me sentía como la amante de un millonario, porque esto no parecía un secuestro (dejando atrás que no estoy aquí por mi gusto, que estoy muerta de miedo y de ansiedad) el guardarropas estaba lleno de vestidos de gala, muy bellos, la comida era gurmet, pero yo no queria provar bocado....
-Dejenme salir, por favor, dejenme- dije dandole de patadas a la puerta...
-Dejenme salir- dije llorando...
Me desvanecí en la puerta en llanto como los ultimos dias, sabía que tendría que tener una apariencia terrible, pero no me importaba.
Se escucharon unos pasos y alguien abrio la puerta, era ese tal britanico.
-Tienes que cambiarte y ponerte un vestido, tienes todo lo necesario en esa puerta- me dio las indicaciones- él bajará para cenar- dicho esto se fue, dejandome en el suelo...
Volví a gritar y lancé un zapato en su dirección...
¿Donde estaba Romeo?.....
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Italia....
-Demonios- grite caminando como gato por toda la sala...
-Romeo- murmuro Terry sujetandome de los brazos.
-No me digas uqe me calme ya han pasado tres días ni el FBI sabe nada ni esos inutiles de los detectives- me soltó los hombros y yo seguí caminando... me sentía tan impotente...
Miré el telefono celular como lo había hecho esperando a que se comunicaran conmigo esos malditos...
Tomé un florero y lo lancé al suelo, haciendose añicos al chocar, las flores volarón y el agua se derramo por el piso de madera.
Dylan que estaba sentado en la sala me miro sin expresión, como si no tubiera corazón....
Dylan era como mi hermano, era un hermano para mi, pero no sabía si algún día llegaría a perdonarlo..
...........
Ayer:
Estaba en el jardin con la cabeza entre las manos muriendome de desesperación, quería morirme, no sabía que hacer....
-Romeo- Dylan me puso la mano en el hombro, pero su voz era fría, como sus ojos.
-Me voy a volver loco- dije y suspiré- Gracias por apoyarme, se que a tu también te preocupa- le dije cuando apreto mi hombro.
-Romeo, yo...- trago saliva y levanto la barbilla- necesito decirte la verdad.
Lo miré extrañado y asentí para que continuara.
-No fue mi intención, pero, Estoy enamorado de Sol- confesó.
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Sol:
Las horas pasaban, y el sol cambio, según yo de posición, no hice caso a lo que me dijerón, yo solo quería salir de aquí....
Caminarón hasta la puerta y abrierón, yo estaba en la cama, con lágrimas en los ojos, miré fijamente la puerta hasta que la abrieron y entro...
Un hombre alto y de ojos color azules, de traje negro y vestido muy elegante..
-¿Quien se supone que eres tu?- le grite, pero con miedo.
-Hola, no puedo decir eso, se supone que hoy soy otra persona, digamos, soy un amigo tuyo- dijo con una voz muy suave, con asento italiano.
-¡Un amigo tiene a una persona así!- le dije furiosa por su cinismo.
-Querida, estas asi porque quieres, tienes una serie de vestidos allí, zapatos y accesorios, el baño, todo- dijo y luego un camarero entro con una mesilla con ruedas, velas, algo en una charola con acabado espejo, vino tinto y copas...
Lo despidio con un gesto y se sirvió una copa de vino.
-Pero no te preocupes, vas a estar aqui un buen tiempo y me vas a tener que ver siempre- me dijo dandole un sorbo a su copa.
-¿Por que yo?- le pregunte- ¿Que quieres de mi?-
-Yo nada, pero vales mucho dinero, Romeo a ofrecido todo, todo, con excepción con las acciones universitarias, las casas, coches, cuentas bancarias, todo, pero lo han rechazado- me informo- al parecer eres importante para el jefe, soy nuevo en esto- dijo- ¿Gustas?- pregunto.
-No gracias- dije con sarcasmo- ¿A ofrecido todo?- murmure..
-Si, me asombra, nadie lo hace.- dijo como si le pedí respuesta.
Me quedé mirando el techo, en blanco, solo viendo el rostro de Romeo, la ultima vez que lo vi...
Miré el vino y al muchacho que estaba parado junto a él, la puerta estaba abierta lo sabía porque el camarero había entrado....
Un plan se formulaba en mi mente.
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